Hay muchas palabras en el ámbito de las finanzas que, para los inexpertos, pueden parecer aterradoras. Del mismo modo, el término «IPO» suele acaparar titulares y generar mucha atención.
Además, ¿qué es exactamente una IPO y por qué es tan importante en el mercado de acciones? Examinando los matices de las IPO, este artículo aclara su importancia, procedimiento, ventajas y sus posibles inconvenientes.
Una IPO (“Initial public offer” de sus siglas en inglés, también conocida como OPV u “Oferta pública de venta” en español) es la primera distribución pública de acciones por parte de una empresa privada. Al pasar de ser una sociedad privada a cotizar en bolsa, la empresa puede atraer especialmente fondos de inversores públicos. Además, al significar un importante punto de inflexión en el desarrollo de una empresa, las IPO suelen señalar el paso a operaciones de mayor dimensión y con mayor impacto en el mercado.
Para las empresas que buscan la financiación necesaria para el pago de deudas, innovación y/o crecimiento, las IPO son un medio de acceso esencial. Una IPO ofrece a los inversores la oportunidad de invertir (sobre el terreno) en una empresa de gran crecimiento potencial en una fase temprana.
Además, las IPO introducen nuevas oportunidades de inversión y apoyan el desarrollo económico, contribuyendo así a la actividad y vitalidad del mercado de acciones.
De una empresa privada a una sociedad anónima que cotiza en bolsa, el camino consta de múltiples y cuidadosos pasos, cada uno de ellos crucial para garantizar una buena introducción en el mercado.
Una empresa tiene que garantizar que sus operaciones son escalables y sus finanzas sólidas antes de poder salir a bolsa. Esta etapa consiste en designar a bancos de inversión para que actúen como aseguradores, guiando a la empresa a través del proceso de salida a bolsa.
Para satisfacer los criterios legales, la empresa también tiene que elaborar estados financieros detallados y someterse a auditorías exhaustivas.
Lo siguiente es presentar una declaración de registro a la autoridad reguladora pertinente, como la Securities and Exchange Commission (SEC) de Estados Unidos.
Ocasionalmente conocido como formulario S-1, este documento ofrece un resumen exhaustivo de la situación financiera de la empresa, su estrategia corporativa, factores de riesgo y objetivos futuros. Para los posibles inversores, se trata de una divulgación crucial que garantiza la transparencia.
Una vez enviada la declaración de registro, la empresa inicia un «roadshow» junto con sus aseguradores. Estas presentaciones, que tienen por objeto crear interés y evaluar la demanda de acciones, se dirigen a posibles inversores institucionales. El roadshow tiene una importancia crucial, ya que determina la horquilla de precios de la IPO.
Los resultados del roadshow ayudan a la empresa a decidir el precio final de oferta de las acciones. Este precio es esencial porque refleja el valor percibido de la empresa y sus posibilidades de expansión. Las acciones se distribuyen a los inversores institucionales en vísperas de la IPO y una parte más pequeña también se pone a disposición de los inversores minoristas.
Las acciones de la empresa se cotizan en la bolsa seleccionada el día de la IPO y, por tanto, comienza su negociación. A veces acompañada de una gran cobertura mediática, se trata de un acontecimiento muy esperado. Las primeras horas de cotización pueden ser volátiles, ya que el mercado responde a las nuevas acciones y a su valoración.
Muchas veces, la decisión de salir a bolsa está motivada por varias ventajas muy convincentes:
La principal ventaja de una IPO es la capacidad de generar fondos importantes. La expansión, la investigación y el desarrollo, el pago de deuda y otros proyectos estratégicos pueden beneficiarse de esta entrada de dinero.
La salida a bolsa aumenta la credibilidad y visibilidad de una empresa en el mercado. Al mismo tiempo, las empresas públicas son vistas como más consistentes y fiables, lo que atraería a los mejores talentos, socios y consumidores.
Los primeros inversores, los fundadores, los miembros del personal y los propietarios actuales adquieren liquidez con una IPO. Al darse cuenta del valor de su capital, pueden comercializar abiertamente sus acciones.
Adicionalmente las acciones cotizadas pueden utilizarse como moneda de compra. Esto ayuda a las empresas a explorar nuevas perspectivas de desarrollo estratégico.
Las estrictas normas legales y la estrecha inspección de las empresas públicas contribuyen a configurar sus políticas de gobierno corporativo. De ello puede derivarse una mejor gestión y eficacia operativa.
Aunque una IPO ofrece muchas ventajas, las empresas tienen que sopesar también los peligros y sus dificultades:
Mantener el cumplimiento de la normativa exige tiempo y recursos considerables. Por ello, las empresas que cotizan en bolsa tienen que revelar de forma rutinaria material sensible y cumplir estrictas directrices de información.
Los analistas y los inversores presionan a las empresas públicas para que alcancen sus objetivos trimestrales. El cortoplacismo -cuando la dirección prioriza el éxito instantáneo a expensas de la estrategia a largo plazo- puede conducir a esto.
Una IPO diluye la propiedad de los inversores actuales, lo que socava el control. Las decisiones importantes, que a menudo implican la aprobación de los accionistas, pueden complicar la planificación de la estrategia.
El mercado de acciones es bastante volátil. Más allá de su control, elementos como los acontecimientos geopolíticos, las tendencias del mercado y las situaciones económicas podrían afectar al precio de las acciones de una empresa.
Las empresas públicas tienen que divulgar información exhaustiva sobre sus actividades, situación financiera y orientación estratégica. Aunque esta transparencia tiene sus ventajas, también aumenta la vulnerabilidad de la empresa frente a la competencia y exige una mayor atención.
El lanzamiento de Facebook en mayo de 2012 marca una de las IPO más publicitadas de la historia. Una de las mayores IPO de IT del momento, la IPO obtuvo 16.000 millones de dólares a partir de un precio inicial de 38 dólares por acción. La valoración de mercado de Facebook se disparó a pesar de los contratiempos y turbulencias comerciales iniciales, confirmando así su dominio en el sector tecnológico.
Alibaba recaudó 25.000 millones de dólares en su IPO de septiembre de 2014, la mayor de la historia. Con un precio de 68 dólares por acción, las acciones de Alibaba se dispararon un 38% el primer día de cotización y la IPO marcó una pauta para futuras salidas a bolsa y subrayó el creciente impacto de las empresas chinas en la economía mundial.
La startup de sustitutos de carne a base de plantas, Beyond Meat salió a bolsa en mayo de 2019. Con un precio de 25 dólares por acción, la acción finalmente se disparó un 163% en su día de apertura para mostrar un gran interés de los inversores en sustitutos de alimentos respetuosos con el medio ambiente y conscientes de la salud. La IPO de Beyond Meat evidentemente puso de relieve la posibilidad de que los sectores especializados atraigan inversiones sustanciales.
Influenciado por las condiciones económicas, los avances tecnológicos y los cambios legislativos, el panorama de las IPO no deja de cambiar en general. Las Sociedades de Propósito Especial de Adquisición (SPAC), las cotizaciones directas y la creciente relevancia de las consideraciones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) en las decisiones de inversión se están convirtiendo en la tendencia actual.
Los sustitutos populares de las IPO convencionales son las SPAC, a veces denominadas «empresas cheque en blanco». Mediante una IPO, generan dinero para comprar una empresa existente.
Además, cada vez son más populares las cotizaciones directas, en las que las empresas salen a bolsa sin emitir nuevas acciones, lo que ofrece una vía más sencilla y barata de acceder a los mercados públicos.
En términos generales, las siglas «ESG» abarcan criterios medioambientales, sociales y de gobierno. En sus esfuerzos por evaluar posibles inversiones, los inversores están dando la máxima prioridad a los factores ESG.
Por lo tanto, las empresas comprometidas con la ética, la responsabilidad social y la sostenibilidad tienen más probabilidades de atraer capital y operar bien en los mercados públicos.
Para toda empresa, una IPO marca un punto de inflexión y conlleva tanto nuevas oportunidades como posibles problemas, por lo que los inversores y las empresas dependen por igual del conocimiento del proceso de IPO, sus ventajas y sus inconvenientes.
Además, tomar decisiones de inversión eficaces dependerá de mantenerse al día de las últimas tendencias y novedades del mercado de IPO a medida que cambia el terreno financiero.
Una IPO, en el siempre cambiante mundo de las finanzas, es más que una mera transacción financiera. Es un punto de inflexión que puede cambiar el rumbo de una empresa e influir en todo el mercado.
Si usted es un inversor deseoso de aprovechar nuevas perspectivas, el camino a través de una IPO le ofrece grandes posibilidades.
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